Categoría: Sociología de la moda

  • La moda y la sociedad abierta

    La moda y la sociedad abierta

    Tiempo de lectura: 3 min.

    ¿La moda?, no me interesa. Hay cosas más importantes en las que pensar; además, ese mundillo está lleno de frívolos, de egocéntricos. Todo son apariencias en la moda, es un universo muy superficial”.

    Es muy probable que te suenen estas palabras, las has escuchado muchas veces.

    Frente a esta visión simplista y despreciativa, el sector de la moda debe revindicar su importancia económica, pero también cultural.

    El cosmos-moda, como afirma el sociólogo francés Lipovetsky, aporta a nuestras sociedades valores tremendamente positivos y relevantes.

    La moda nos prepara para el cambio, nos abre a lo nuevo, nos ayuda a expresarnos.

    El sector de la moda debe reivindicar su importancia cultural

    Reflejamos con nuestra forma de vestir una pluralidad social que es nuestra esencia.

    La civilización occidental, como nos enseñó el filósofo austríaco Karl Popper, es diferente porque es abierta. Hemos construido, tras luchas de siglos, un entorno humando basado en la libertad, la posibilidad de crítica al poder, la democracia y la tolerancia.

    Moda y sociedad abierta, pongamos en valor este tándem virtuoso.

    Cuando se dan formas de organización colectiva cerradas, las élites y el Estado nos dicen cómo tenemos que pensar, no obligan a vestir de una determinada manera, no coartan y restringen.

    La civilización occidental nos permite ser nosotros mismo en comunidad, unirnos en la diversidad.

    La moda juega un papel importante, permitiendo y potenciando esta visión del mundo: nos permite auto-definirnos, expresarnos con mil colores y formas y reconocer en nuestras calles estilos, razas y culturas diferentes.

    En definitiva, reafirmemos con claridad el valor cultural de la moda. Solo así la sociedad comprenderá que no solo vendemos prendas, sino que también posibilitamos cada día la construcción de una sociedad más plural, libre y mejor.

    La moda permite construir una sociedad más abierta

    Acabas de leer una micro-cápsula de Antonio Adsuar

    Dr. en Filosofía y fundador de pensarlamoda.com

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  • Capturando tendencias

    Capturando tendencias

    Tiempo de lectura: 2 min.

    Las tendencias, cambiantes y fulgurantes, nos dirigen a alguna parte desconocida, nos inclinan hacia el futuro.

    La moda vive del cambio, de la mutación fugaz y veloz, de la tendencia-que-lleva-a-tendencia.

    En la era de internet y del «ultra fast fashion», la sociedad se ha acelerado increíblemente y las micro-tendencias se multiplican.

    No han nacido aún y ya están pasadas de moda, «out of date«.

    ¿Cómo surge un tendencia?, ¿Dónde se crea?, ¿Quién la defiende primero?

    Los sabios ojeadores de Zara, ocultos en una concurrida avenida de Tokio, escudriñan el ahora en busca de respuestas.

    La moda vive del cambio, que es fugaz y veloz

    Determinar en qué punto crítico una ola de estilo, una propuesta concreta, puede ser aprovechada para poner en el mercado prendas que surfeen la tendencia y la acaben explotando, puede ser crucial para hacer una buena temporada primavera-verano.

    ¿Cuándo esta atracción, que está a punto de devenir “mainstream”, va a explotar?, ¿Cuándo se está desvaneciendo y hay que abandonar el barco, dejar de producir en base a este “hype” que ya se extingue?

    Colores, formas, tejidos, accesorios...todos tratan de captar el «mood», de llegar los primeros al “what’s next” más radiante.

    Esta micro-reflexión sobre las tendencias nos pone de nuevo ante una clave evidente: en la moda la gestión de los tiempos, la comprensión del “zeitgeist”, es vital.

    ¿Cómo puede la moda surfear el cambio y capturar el tiempo?

    Acabas de leer una micro-cápsula de Antonio Adsuar

    Dr. en Filosofía y fundador de pensarlamoda.com

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  • La rebelión de los chándals

    La rebelión de los chándals

    Tiempo de lectura: 4 min.

    Por todas partes, en el mundo entero, observamos el triunfo de lo “casual”, de lo informal. Los viejos (¿buenos?)tiempos en los que ir elegante y bien vestido era comúnmente valorado por todos se han esfumado.

    El más grande filósofo español, José Ortega y Gasset, teorizó en su muy conocido texto titulado “La rebelión de las masas” (1929) la evolución que estaba constatando en aquella sociedad de principios del XX.

    Las revoluciones políticas del siglo XIX hicieron avanzar la democracia política y la igualdad social. Todos los hombres debían ser considerados libres y tener los mismos derechos.

    Lógicamente, estas transformaciones fueron positivas pero trajeron muchas consecuencias inesperadas, también en el cosmos de la moda.

    Con la pérdida de prestigio y poder de unas élites que se vestían para generar narrativas sociales de distinción que justificaran su posición predominante, de repente la gente se sintió más libre para vestir como quisiera.

    ¿Por qué gastar más dinero e ir incómodo si ahora mi voto valía lo mismo que el de mi jefe?

    La moda se fue adaptando y se lanzaron propuestas más pensadas para el día a día, que fueron siendo puestas en el juego social por parte de una clase media que se consolidó en Europa a partir de 1950.

    En Estados Unidos la gente ya había ido creando sus propios estilos, al margen de la antiguamente necesaria imitación de las clases altas. Se popularizaron los vaqueros, unos pantalones rudos y rebeldes, pensados en un inicio para el duro trabajo del campo.

    Estas nuevas dinámicas sociales se impusieron y se unieron a una mayor oferta en moda.

    La «rebelión de las masas» del siglo XX, trajo el auge de lo casual y lo informal

    La explosión de estilos y la rebelión del hombre común, que quería demostrar que podía ser él mismo, nos llevaron hasta el actualmente omnipresente chándal.

    Hace no tantos años, poca gente se hubiera atrevido a salir a la calle con ropa deportiva.

    Ahora el “Athleisure” es una tendencia ubicua, que nos permite vivir la vida en todo lugar y contexto con un atuendo de gym.

    Aunque evidentemente aún existe el mundo del lujo y las clases poderosas siguen tratando de diferenciarse del resto con un consumismo estridente, la sociedad ha avalado la «rebelión de los chándals«.

    La moda avanza con los tiempos y sabe ofrecer atuendos que se ajusten al espíritu de cada época. Esta capacidad flexible, esta mutabilidad esencial, es su gran fortaleza.

    No lo olvidemos.

    La moda es, básica y fundamentalmente, adaptación al cambio

    Acabas de leer una micro-cápsula de Antonio Adsuar

    Dr. en Filosofía y fundador de pensarlamoda.com

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